La gallina también necesita un nido donde poner sus huevos. No es necesario que el nido esté en el interior del gallinero, pero sí es aconsejable ya que, de este modo, los huevos quedan más protegidos de sus posibles enemigos (como el perro).
Los nidos deben ser cómodos y lo suficientemente oscuros como para que la gallina los considere seguros (dentro del gallinero ya suele haber oscuridad suficiente).
Las gallinas comienzan a poner cuando tienen alrededor de 18 semanas, por lo que los nidos deben instalarse cuando la gallina tiene alrededor de 16 semanas, para dar un margen de error y para que se acostumbren a su presencia. De esta forma se acostumbrarán a utilizarlos desde el mismo momento en que empiecen a poner.
Existen dos tipos de nidos:
· Nidos comunales: Pueden ser utilizados por varias gallinas simultáneamente. Un nido comunal de 2 m2 puede servir para 100 gallinas.
· Nidos individuales: Un nido de 20 cm. de largo, 30 cm. de ancho y 30 cm. de alto puede servir para 4 o 5 gallinas, teniendo en cuenta que éstas esperan su turno para poner el huevo. Estos nidos, a su vez, pueden ser:
ü Nidos horizontales: cada nido se coloca en el suelo al lado del otro.
ü Nidos en batería: existen como mínimo dos filas de nidos, una encima de la otra en forma de estantería.
Los nidos deben rellenarse de paja, virutas de madera sin polvo o, incluso, papel de periódico troceado de manera que haga un lecho para poner. A este lecho se le llama la “cama”. No se recomienda usar heno para la cama ya que podría cultivar hongos.
Es necesario mantener siempre limpios los nidos.
Lo más sencillo es hacer nidos individuales horizontales, para lo que puede usarse un cajón de fruta en el que se ponga la cama. Yo los hice con 2 bloques de hormigón haciendo “L” en una esquina del gallinero. Tengo 7 gallinas, por lo que hice 2 nidos seguidos, pero mis gallinas decidieron utilizar sólo uno y se turnan para poner todas en él ¡en fin! así son los animales.
Uno de mis nidos y el comienzo del siguiente
Los nidos deben colocarse de tal modo que queden separados de las perchas o dormideros, para que las heces que hacen las gallinas por la noche no caigan sobre ellos.